Japón clásico a través de su arte: Yamato-e, Ukiyo-e y Sumi-e.

Un vistazo a su filosofía, su cultura y su historia.

Armonía Matutina
8 min readAug 20, 2021
La gran ola de Kanagawa, (Katsushika Hokusai, 1833)

El arte del Japón clásico es una de las mayores evidencias de la filosofía de esta época, influenciada por el taoísmo, el hedonismo y el budismo. También evidencia la visión que se tenía sobre la naturaleza, siendo su armonía y su simpleza una de sus temáticas principales, y haciendo énfasis en las cuatro estaciones y lo que conllevan, tanto su inicio como su final. Aunque la naturaleza era su temática principal, no se dejaba atrás la historia, literatura y vida cotidiana, pues muchas de las pinturas son el reflejo de la sociedad y cultura del Japón clásico.

Yamato-e 大和絵

Es un género de pintura que floreció durante el periodo Heian, el periodo de “calma y tranquilidad” que sería el último periodo de la época clásica de Japón, entre finales del siglo VIII y XII.

El término Yamato-e significa literalmente “pintura japonesa” y su objetivo era distinguir las pinturas con temáticas japonesas con las de temas chinos, conocidos como Kara-e.

Las pinturas Yamato-e tienen como temática cuentos de la literatura e historia japonesa, así como las cuatro estaciones con las actividades y festividades que conllevan.

Los pergaminos de Genji son los ejemplos más antiguos de este tipo de pintura, estos relatan la Genji Monogatari Emaki o Novela de Genji considerada por muchos como la novela más antigua de la historia (escrita aproximadamente en el siglo X), y la más famosa de Japón.

Genji Monogatari Emaki, (Murasaki Shikibu, inicios del siglo XII)

Unas de las características más típicas de este tipo de pinturas son sus brillantes y variados pero harmónicos esquemas de color, así como las siluetas humanas muy estilizadas pero con rasgos faciales poco detallados. Otra característica muy distintiva son esas nubes adornadas con oro en los bordes en las pinturas, colocadas para enfocar la atención en la narrativa y dividirla, así como el uso de la técnica fukinuki yatai en la cual los techos son retirados permitiendo ver el interior del lugar.

Un ejemplo en el cual podemos encontrar las características mencionadas es la pintura en la que la princesa Kaguya regresa a la luna, perteneciente a El cuento del cortador de bambú.

Taketori Monogatari, (Tosa Hiromichi, 1650)

El Yamato-e se lee de derecha a izquierda, y muchas veces buscaba contar una historia sin utilizar texto mientras mostraba la belleza de la naturaleza. Las cuatro estaciones eran uno de los temas más tocados en este tipo de pintura, el “Bambú en las cuatro estaciones” muestra la transformación de un bello elemento de la naturaleza, el bambú, a través de las cuatro estaciones. empezando por la derecha, se muestra el bambú en primavera acompañado de violetas, después, en verano, vemos nuevos brotes de bambú. al llegar el otoño son acompañados de hiedra rojisa y en invierno espolvoreados de nieve. Los más grandes de los bambúes se extienden por encima de la pintura, y los más pequeños, por el contrario, son plantados por debajo de esta.

Bamboo in the Four Seasons, (Tosa Mitsunobu, finales del siglo XV)
Bamboo in the Four Seasons, (Tosa Mitsunobu, finales del siglo XV)

Un estilo de pintura muy popular dentro del Yamato-e son los “Emakimono” o “rollo de pintura”, Estos son una combinación de texto y pintura pintados en pergaminos de aproximadamente 10 metros que relatan una historia. Como si se tratara de una cinta de cine, el Emakimono se lee de derecha a izquierda, desenrollando con una mano y enrollando con la otra, de esta manera la historia es leída por escenas.

Heiji Monogatari Emaki

Narra lo sucedido en la rebelión de Heijin, una breve guerra civil entre los súbditos de dos emperadores causada por una disputa sobre el poder político.

Heiji Monogatari Emaki, (Desconocido, segunda mitad del siglo XIII)

(Da click en el pie de imagen para verla en tamaño completo).

Narrando de derecha a izquierda, se empieza por una multitud de nobles confusa por la aparición de múltiples guerreros, tras esto, los guerreros rodean el palacio del antiguo emperador de Japón Go-Shirakawa y este es secuestrado en una carroza. Tras el secuestro del emperador, los guerreros queman el palacio, las mujeres escapan y los aliados del emperador son asesinados, terminando con el clan Fujiwara y Minamoto celebrando la victoria del asedio alrededor de la carroza donde se encuentra el emperador.

Ukiyo-e 浮世絵

La xilografía fue llevada a Japón desde China y era empleada para la ilustración de textos propios del budismo. Los japoneses desarrollaron una variante propia conocida como Ukiyo-e. Esta técnica de grabado data del período Edo, entre los años 1603 y 1867 y se caracteriza por poseer una narrativa gráfica realista similar al emaki (pergaminos con ilustraciones secuenciales) y capturaba la idea de la efímera naturaleza de la vida cotidiana y transitoria con un toque hedonista, influenciada por el budismo, de ahí el nombre ukiyo que significa mundo flotante.

Las primeras obras de grabado de este tipo se denominaban Sumizuri-e y eran monocromáticas. Posteriormente, durante el siglo XVIII, se comenzaron a producir en hasta tres colores y se les llamó Benizuri-e. Suzuki Harunobu en 1765 creó la xilografía brocada o Nishiki-e, las cuales ya eran polícromas.

Para realizar las impresiones, primeramente el artista realiza la ilustración sobre papel, la pega a bloques de madera para posteriormente, resaltar la imagen en relieve, la cual se entinta. Este proceso se repite de acuerdo con los colores de la imagen, resultando en múltiples placas con detalles distintos según el color de tinta que se utilice. Finalmente, se imprime secuencialmente cada plancha entintada para dar como resultado una impresión a color del dibujo original.

Las escenas predilectas para ser retratadas a través del Ukiyo-e generalmente incluían actividades de la vida cotidiana, detalles efímeros del día a día y un fiel reflejo de la sociedad japonesa de la época. Se sabe que esta característica del Ukiyo-e deleitó a personajes como Monet y Van Gogh.

Fujin tomarikyaku no zu, (Utamaro Kitagawa, 1797)

Las xilografías se elaboraban con fines muy variados, pero precisos, dependiendo de su objetivo, que podía ser de uso publicitario, lúdico, pedagógico, informativo, mediático o artístico. El auge del comercio en esa época requirió del uso de los grabados para promocionar tiendas, restaurantes, cosméticos, almacenes, entre muchas otras cosas.

Todo lo que era retratado en estas estampas, se convertía en un referente de moda que influenció significativamente a las tendencias sociales de los nipones. Los estándares de belleza femenina eran en gran parte definidos por lo que las xilografías proyectaban; por ejemplo, se popularizó el uso de polvos blancos (oshiroi) y barras de labiales (beni) como maquillajes. Predominaban los tonos blancos, rojos, negros y verdes y se podían ver replicados en las vestimentas, el maquillaje, las decoraciones y la estética general japonesa.

Tres bellezas de nuestros días, (Kitagawa Utamaro, 1793)

Una de los artistas más importantes del Ukiyo-e fue Tōshūsai Sharaku, quien solía retratar actores teatrales kabuki. Sus obras recién publicadas no gozaron de mucho reconocimiento y nunca se conoció su verdadera identidad, y después de un lapso de un año, sus obras cesaron y él desapareció. Fue hasta el siglo XIX que sus obras fueron apreciadas y comparadas con artistas como Velázquez y Rembrandt. Muchas personas tenían la creencia de que en realidad él también era un actor que conocía de cerca la vida teatral, razón por la cual lograba capturar esa belleza única en sus fotografías.

Otani Oniji, (Toshusai Sharaku, 1794)

Junto con Sharaku, también fueron reconocidos otros artistas actualmente populares, entre los que figuran Hokusai e Hiroshige.

La Gran ola de Kanagawa es la obra más famosa y representativa del arte japonés, pintada entre 1830 y 1833 por Ketsushika Hokusai. Esta obra está compuesta por tres elementos, el más dominante de ellos es la ola, la cual forma un espiral perfecto dejando libre el centro de la obra, donde se puede ver un fondo oscuro indicando el amanecer con otro de sus elementos, el monte Fuji, el cual es considerado sagrado por los japoneses, y es uno de los lugares más famosos de este país. Por último nos encontramos con el tercero de sus elementos, las barcazas de pesca, en las cuales se encuentran sus tripulantes aferrados a los remos, pues frente a ellos se encuentra una ola de entre 10 y 12 metros de altura.

La gran ola de Kanagawa, (Katsushika Hokusai, 1833)

Sumi-e 墨絵

El Sumi-e, también llamado Suiboku-ga, es una técnica japonesa de pintura y caligrafía monocromática que utiliza en la mayoría de los casos la tinta japonesa denominada “Sumi” y un pincel llamado “Fude”. Aunque inicialmente fue desarrollada a mediados del siglo IX en china, en el siglo XIV fue llevada a Japón por monjes budistas y taoístas.

“Sumi” significa tinta, mientras que “e” significa pintura, por lo cual Sumi-e significa “pintura con tinta”.

Aunque se considera más una técnica de caligrafía que una de pintura, la realidad es que es un arte en el que no solo es pintar líneas, sino también, utilizando diferentes concentraciones de tinta, busca plasmar la degradación, densidad, contraste e iluminación de la pintura, donde las pinceladas son suaves y duraderas, logrando que la pintura tome forma de manera sencilla y sin darle demasiada importancia a los detalles.

Al ser una técnica monocromática, el artista cuida que a través de la concentración, pigmentación, densidad, contraste e iluminación, se pueda transmitir la simpleza de una escena.

El Sumi-e busca representar la simplicidad y la naturaleza de las cosas, siendo utilizada principalmente para pintar plantas, de las cuales las más importantes son “Los cuatro nobles”, plantas que representan el comienzo de cada una de las cuatro estaciones: la orquídea en primavera, el bambú en verano y el crisantemo en otoño y el ciruelo chino en invierno.

Comúnmente se le enseña a los estudiantes a pintar los cuatros nobles como técnica de estudio, y se dice que si logras dominarlos, entonces has dominado el Sumi-e.

Su formato clásico era el rollo colgante vertical, aunque también se hicieron algunas obras en formato horizontal. Ambos formatos solían mantenerse enrollados para preservarse y solo eran abiertos para ser admirados por los dueños y sus acompañantes.

Paisaje de otoño (Sesshū Tōyō, Segunda mitad del siglo XV)

Sesshū Tōyō es el pintor de Sumi-e más destacado del periodo Muromachi de Japón.

Fuentes utilizadas.

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Written by Armonía Matutina

Un poco de lectura para equilibrar tu mañana.

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