La guía para dejar de perder el tiempo y crear tu propia rutina.
No dejes para mañana lo que pudiste hacer ayer.
Aunque ser tu propio jefe tiene sus ventajas, la realidad es que también tiene sus desventajas, una de ellas y seguramente la más importante, es que si no quieres ponerte a trabajar, nadie te va a obligar a hacerlo más que tu. Aunque en realidad queramos cumplir con nuestras metas y objetivos, ocurre que nuestra mente, cuando tiene que ponerse a hacer las cosas, tiene que decidir entre ver un capítulo más, preparar un emparedado, tomar una siesta, o finalmente ponerse a trabajar.
En el post de “La principal enemiga de tus metas: la procrastinación.” te hablamos sobre la procrastinación y te dimos una lista de qué la causa y cómo enfrentarla. Si decides distraerte con todas esas cosas en lugar de ponerte a hacer lo que tienes que hacer, en el mejor de los casos, terminarás aplazando tus tareas, en el peor de ellos, no las harás, y terminarás dejando tu proyecto como algo inconcluso.
Existe una enorme cantidad de trucos, métodos y consejos que diferentes creadores del mundo utilizan, algunos diseñados para un tipo de personas, algunos para otros. Aunque el objetivo es que crees tu propio método de productividad para que así puedas cumplir tus metas, primero te hablaré de los métodos más populares para que te puedas familiarizar con ellos y puedas sacar lo mejor de cada uno de ellos al momento de crear tu técnica.
Tu motivación y tus metas.
No existe una fórmula o algún truco que haga que de un día a otro logres todo lo que quieres hacer, sin embargo el que estés leyendo esto ya es un avance, y tras terminar esta lectura, veras que tus avances irán aumentando día a día.
Primero lo primero, por qué y para qué quieres aumentar tu productividad. Tu meta principal es lo que te va a motivar constantemente, de nada sirve querer ser productivo si no hay una razón para ello, por eso, de primera piensa que es lo que quieres lograr y para qué lo quieres lograr. Quizás tu meta principal es escribir un libro, abrir un canal de YouTube, empezar un blog o escribir una canción, sea cual sea tu meta, debes tenerla en mente y pensar en ella como la razón por la cual estás dedicando tu tiempo y esfuerzo.
Pensar en lo bien que te sentirás al lograrlo te motivará a esforzarte cada vez más, pero si esto no te logra motivar, pensar en lo contrario es útil para algunas personas, pensar en lo frustrado que será no lograr tu objetivo o el castigo que recibirás si no lo haces, también puede servir de motivación. Puede que a mi me motive pensar en ganar un poco de dinero extra por subir contenido a internet, pero quizás a ti te motive más pensar en que sin ese dinero extra, podrías terminar trabajando en algo que no te gusta, o perdiendo tu tiempo en algo que ni siquiera disfrutas. Conócete a ti mismo y ten esto en mente cuando tengas que ponerte a trabajar.
Ahora que sabes cómo te sentirás al hacerlo o no hacerlo, aprovecha el factor social; imagina lo bien que te sentirás al compartir tu proyecto con tus amigos y conocidos, lo bien que se sentirá que tus amigos quieran salir en tus videos, que tus conocidos quieran escuchar tu podcast, que tus seguidores quieran ver tus fotos o que tus padres quieran escuchar tu música. Saber cómo te sentirás contigo mismo es motivador, y saber cómo te sentirás junto con quienes te rodean, también puede serlo.
Si la motivación no es lo tuyo, no te vayas, pues todas estas técnicas están hechas para que, aun con solo un poco de motivación, puedas avanzar en eso que tanto quieres lograr, conforme sientas esos pequeños progresos, tu motivación irá aumentando.
Los métodos más populares.
Tareas por bloques
Una de las principales causas por las cuales procrastinamos es porque nuestra mente no quiere hacer todo el trabajo que tenemos por hacer, ¿por qué querría sentarme a trabajar toda la tarde cuando puedo acostarme y ver series?. Las tareas por bloques están pensadas para esto. Dividir lo que tienes que hacer en pequeñas partes es posiblemente la estrategia de productividad más funcional y satisfactoria que encontrarás.
Cuando piensas en que tienes que hacer un gran proyecto, tu mente sentirá que es demasiado esfuerzo y querrá distraerse haciendo otra cosa que le cause placer; a final de cuentas puedes desvelarte haciéndolo y tomar litros de café en la noche y a la mañana siguiente.
Puedes tomar mejores decisiones cuando, por ejemplo, en vez de decidir hacer el proyecto en una sola sesión, decides hacer la introducción por la mañana, el desarrollo en la tarde y la conclusión por la noche, ya que tu mente sabrá que no es tanto peso y que puedes terminar tu “deber” de la mañana y disfrutar del resto de la día con mayor satisfacción.
Pomodoro
La técnica Pomodoro consiste en dividir el tiempo dedicado a una actividad en cuatro intervalos de 25 minutos. Se empieza eligiendo la actividad a realizar, tras esto, se coloca un temporizador de 25 minutos, y durante este tiempo, toda tu atención debe ser dedicada a la actividad, evitando todo tipo de distracciones. Pasados los 25 minutos, se toma un descanso de 5 minutos, puedes aprovechar este tiempo para responder mensajes, revisar tus redes sociales, ir por agua o simplemente descansar. Estos dos pasos se repiten cuatro veces, dando un total de cuatro “Pomodoros”,tras realizar cuatro Pomodoros, puedes tomar un descanso de 20 a 30 minutos, que puedes aprovechar para cualquier cosa que quieras hacer, como jugar, ver una serie o explorar YouTube.
La regla de los 20 minutos
La regla de los 20 minutos busca evitar la fatiga de tus ojos, pues al estar viendo la pantalla parpadeamos menos de lo que lo hacemos comúnmente. Una herramienta muy útil es esta regla, la cual consiste en que después de mirar la pantalla durante 20 minutos, cierres los ojos durante al menos 20 segundos, pues es el tiempo aproximado que tardan tus ojos en recuperarse. Tras esta recuperación de 20 segundos, puedes continuar con lo que estabas haciendo, te sentirás más descansado y extenderá tu tiempo de productividad, mientras cuidas de tu salud ocular. Recuerda poner una nota o un temporizador cada 20 minutos, o incluso puedes decidir hacerlo cada vez que el reloj marque en el minutero 00, 20 o 40. (por ejemplo, a las 3:20 y a las 3:40).
To-do list
Crear una lista de cosas por hacer, ya sean rutinarias o solo durante el día, ayuda a no estancarse y no perder tiempo pensando en qué actividad viene después de otra. Además, implementar una lista te ayudará a generar buenos hábitos y a acostumbrarte a hacer cosas que comúnmente se te olvidan, desde lavarte los dientes hasta recoger la ropa. Por si fuera poco, al terminar tu lista de cosas por hacer sentirás un alto nivel de satisfacción y podrás hacer actividades de ocio con mayor tranquilidad.
Puedes optar por escribir tu lista en un cuaderno o una hoja, o utilizar alguna aplicación diseñada para esto, como son Todoist, Microsoft To Do o Google TaskBoard.
Study with me
Esta técnica ha ganado fama en los últimos años, si entras a YouTube y buscas “Study with me” te encontrarás con una enorme cantidad de usuarios que se graban estudiando, algunos con su música favorita e incluso con temáticas. Si entras a alguno de ellos, notarás que el video está dividido en pequeñas partes, justamente de esto se trata, miles de usuarios tienen diferentes maneras de estudiar, algunos tienen bloques de algunos minutos y otros de hasta una hora. La idea es probar las diferentes opciones que los usuarios ofrecen, estudiando a la par que el usuario del video que has elegido, esto no solo te ayudará a tener un estudio más ameno y medido, si no que también te ayudará a encontrar la manera que mejor se adapte a ti.
Tarjetas de recompensa
Las tarjetas de recompensa buscan motivarte a hacer tus actividades y recibir una recompensa, este método es especialmente recomendado para aquellas personas que suelen pasar tiempo jugando videojuegos o viendo series. Consiste en crear tarjetas con actividades que tengas que completar, y al marcarlas como completadas, entonces puedes reclamar tu recompensa. Utilizando de ejemplo a una persona que utiliza el método “Pomodoro” antes mencionado, podría crear tarjetas que, al terminar su Pomodoro, le den como recompensa ver un capítulo de su serie o jugar una partida. También puede utilizar una segunda tarjeta en la cual al cumplir con cierta cantidad aún mayor, le de una recompensa aún mayor, por ejemplo, al juntar cuatro recompensas de las pasadas, se tiene como recompensa ver una película o jugar videojuegos por un periodo más largo.
Dividir las metas en pequeñas metas
Esta técnica te ayudará a cumplir tus metas a largo plazo. Consiste en fragmentar tu meta en algunas más pequeñas, poniendo fechas a cada una de ellas y acomodándolas para evitar un estancamiento. Dividir tus proyectos de esta manera te ahorrará mucho tiempo y evitará que lo abandones por no saber cual es el siguiente paso. Una manera muy fácil de hacerlo es dividir tu meta en el calendario; si quieres, por ejemplo, grabar un video para YouTube, puedes poner como meta de la primera semana elegir el tema e investigarlo, para la segunda semana escribir el guion, para la tercera grabarlo y editarlo, y terminar el mes subiendo el video. Con el uso de esta técnica empezarás a conocer tus capacidades y tus límites, y podrás hacer lo que antes hacías en un mes, quizás en un par de semanas.
Método coreano: Planificadores de 10 minutos
Consisten en, como su nombre lo dice, planificar tu día en espacios de 10 minutos, es un método muy popular en la cultura coreana, y el método que ellos utilizan es, escribiendo tus actividades a realizar cada día a la semana, y dividiendo las horas de ese día de la semana en espacios de 10 minutos, tras realizar tu actividad, rellena esos espacios y tienes un conteo aproximado de cuando te toma hacer esa actividad, y te ayuda a planificar de mejor manera en el futuro. Aunque es una técnica un poco excesiva, esta se adapta a todas esas personas que quieren tener el tiempo bien controlado, y que quieren saber que si siguen su método, tendrán el tiempo suficiente para hacer lo que quieren hacer antes de acabar el día.
Tu propia técnica, tus propias reglas, tu propia recompensa.
Ahora que conoces todas estas técnicas, seguro más de una te llamó la atención y querrás probarla. Sin embargo, existe una mejor alternativa: crear tu propia técnica que se adapte a tu estilo de vida y a tus tiempos.
Puedes empezar intentando algo sencillo si no estás acostumbrado a ser productivo por largos periodos de tiempo, una Pomodoro personalizada te ayudará. ¿Cómo hacerlo? es simple, empieza por hacer bloques de 10 o 15 minutos en vez de 25 minutos; tras terminar, toma tu descanso de cinco minutos y vuelve a trabajar por otros 10 o 15 minutos. Al terminar, si te sientes muy fastidiado, entonces date una recompensa, toma un descanso largo para ver algún capítulo de tu serie o jugar una partida de tu juego.
Aunque parezca muy poco tiempo, comparado con lo que hiciste ayer, es mucho. Conforme te vayas acostumbrando, podrás aumentar el tiempo de productividad o aumentar la cantidad de bloques. Podrías empezar en 2 bloques de 10 minutos y terminar en 4 bloques de 40 minutos, pero no intentes empezar desde lo más alto, pues si no lo logras, te podrías terminar desmotivando.
Si consideras que los primeros 15 minutos son sencillos, pero los siguientes 15 son un infierno, entonces engaña un poco a la mente. Haz que el segundo bloque sea de una duración más corta, de unos 10 o 12 minutos; comparado con los 15 que ya hiciste, estos últimos son pan comido.
Una manera muy útil de aumentar el tiempo diario que le dedicas a tu actividad es agregando un minuto más que ayer. Es decir, si hoy haces 20 minutos de trabajo, mañana tendrás que hacer 21 minutos, o por lo menos hacer los mismos que ayer si es que estás muy fastidiado. Si empiezas concentrándote durante 20 minutos diarios y le agregas uno cada día, en un par de meses le estarás dedicando dos horas a tu actividad y verás reflejado el progreso tanto en ti mismo como en tu proyecto.
Recuerda tomar tus recompensas, pues tu mente necesita descansar, aunque al inicio tengas una recompensa tras 30 minutos de productividad, llegará un momento en el que tengas una recompensa cada 2 horas de productividad. No elimines esas recompensas, pues una sobrecarga de trabajo puede desmotivarte.
Por último, como ejemplo adicional al crear tu propia técnica, te mostramos una tarjeta de recompensas pensada para una ocasión en la cual, tras ver 12 capítulos de una serie, puedes ver una película. Este tipo de recompensa “extra” es muy útil para una segunda motivación. Claro que puedes crear estas tarjetas a tu manera, e incluso reemplazar la película por dos capítulos de tu serie, un día de descanso o darte aquel capricho que llevas tiempo queriendo darte.
Ahora que has creado tu técnica, sigue ponerla en práctica, conforme realices tus actividades notaras lo que te gusta y lo que no te gusta de tu técnica, pon atención a esto y modifícala, no te aferres a ella o te obligues a funcionar con una en específico, cada persona funciona de manera diferente, con el paso del tiempo tendrás tu técnica perfecta y tu productividad, proyectos y ánimos se verán aumentados.
Pequeños trucos.
Jerarquiza y prioriza tus actividades
Jerarquizar tus actividades te ayudará a tener un mejor orden y a saber que hacer y cuándo hacerlo. La primera recomendación es que hagas la actividad más importante al inicio del día, si haces esto el resto de las actividades se sentirán más sencillas, y sabrás que desde que empezaste tu día, ya lo hiciste bien. No confundas lo más importante con lo más difícil, pues estas son las siguientes, las actividades difíciles son aquellas que te suelen dar más pereza pero que son importantes, una de ellas puede ser hacer ejercicio, estudiar un idioma o adelantar un proyecto.
Finalmente, terminando la tarde solo te quedaran las actividades más personales, usualmente son actividades de gusto propio pero en las cuales quieres avanzar, y que la pereza no se interpondrá en que las hagas, algunas son la lectura, el dibujo, arte digital, practicar en algo en lo que quieras mejorar. Este tipo de jerarquización te ayudará a sentir como el ritmo del día empieza de mayor a menor, controlará tu ansiedad y te ayudará a disfrutar aún más tus noches.
Las notas
Las notas son una herramienta muy útil, anotar en ellas lo que tienes que hacer al día siguiente te ayudará a no estancarte y te facilitará el inicio de la actividad, puedes pegarlas en tu sitio de trabajo o en un bloc de notas en tu escritorio.
Las notas también pueden ayudarte a recordar algo, escríbelo en una nota y colócala en lugares que puedas ver continuamente a lo largo del día, por ejemplo, en tu computadora o en la funda de tu celular.
Espacio de trabajo
Hay casos de personas que deciden tener una habitación específica para cada actividad, se esta manera se acostumbran que al estar en la habitación de trabajo, se dediquen a trabajar, y al estar en su dormitorio, se dediquen a dormir, incluso a que al estar en la sala se dediquen a divertirse. Evita utilizar tu cama para trabajar, acostumbrate a utilizarla exclusivamente para dormir. Esto no solo te podría ayudar a enfocarte más en tu trabajo, si no que también puede ayudarte a conciliar el sueño.
Empezar la tarea es lo más difícil
Antes de empezar una tarea, haz las tareas simples que tengas por hacer, por ejemplo, lavarte los dientes, lavar los platos, tender tu cama, de esta manera no te distraerás cuando estés haciendo una más importante, además, puedes utilizarla como inicio, es decir, tras haberte lavado los dientes, empezar tu trabajo.
Recomendaciones.
- Empezar la tarea es lo más difícil y a la vez lo más importante, una vez que la empiezas querrás acabar, piensa en ello cuando no tengas ganas de empezar tu tarea.
- Cada actividad, por más pequeña que te parezca, cuenta.
Agrégalas a tu lista de cosas por hacer, completarlas te motivará más. - Organiza sesiones de estudio con otras personas. La presión o motivación de estar acompañado podría ayudarte a terminar tus deberes.
- Si no te sientes lo suficientemente motivado con las recompensas que te propones, cámbialas, una recompensa que no te gusta no logrará motivarte, cambia de serie, cambia de juego, o de recompensa.
- Hacer guías visuales de tus metas, como diagramas e índices, te puede ayudar a enfocarte más en ellas.
- Evita pasar más de un día sin hacer nada. De esta manera no olvidarás lo que estás haciendo y se te facilitará seguir tu proyecto.
- Conoce tus propios límites, no te pongas cargas de trabajo que sabes que no quieres tener. No dejes de disfrutar tu técnica por un poco más de productividad.